jueves, junio 08, 2006

Vamp

Gilda peina su cabello, mientras humedece lentamente sus labios. Se ha enfundado en un vestido negro que dibuja magistralmente su silueta ensalzando las suaves curvas de sus hombros, de sus senos, sus caderas.

Esta noche está sola, y baila lentamente plantada frente al espejo. Juega a la seducción mientras le coquetea a su reflejo, hasta hacerle salir de su habitual mutismo, de su falsa imitación. Y ríe a carcajadas al son de sus desgarradores gritos de sílice fundido y azogue borboteante, lanzados al tiempo que se le escapa el alma; alma absorbida por Gilda con la voracidad de un vampiro, quien sonríe satisfecha cuando comprueba que nunca más reflejará su imagen.