Con sabor a ajenjo
o con sabor a miel... ¿quién lo puede saber?
sábado, julio 22, 2006
viernes, julio 21, 2006
Herencia
Heredé las manos que tenía mi abuelo. Era una colección interesante que, con mi trabajo como sepulturero, se ha ido incrementando.Tragedia
La verdadera tragedia no fue que llegases tarde, como siempre, ni que ese coche doblase la esquina a toda velocidad y te arrollase sin darse tiempo a frenar; tampoco lo fue que en tu carrera no mirases el semáforo y atravesases corriendo la avenida. El espectáculo del auto virando bruscamente tras golpearte, su derrapón queriendo frenar, demasiado tarde, y el estrellarse contra aquella vidriera de la tienda de mascotas no son las que me desgarran.Ni siquiera ahora frente a esta camilla blanca que lentamente se mancha de rojo, tras los gritos y susurros demandantes de los paramédicos, el aullido de la ambulancia tratando de abrirse camino y tu mirada vidriosa que adivino a través de toda esa parafernalia de tubos y cables que se mecen arrítmicamente, lo mismo que tu respiración, con los vaivenes de la unidad, ni siquiera así, logro emerger de mi propia y personal tragedia. Dime tú, ¿y ahora qué hago con la reservación en el restaurante de moda que tantos favores me costó conseguir?
sábado, julio 15, 2006
El profesional
Miré sus manos tintas en sangre, lo tranquilo de su pulso y la parsimonía con que limpiaba el cuchillo tras degollar a su víctima le delataba como un veterano en esas lides. Fue por eso que me acerqué con tanta confianza, ahí conseguiría un buen pollo para el puchero.Ese algo
-A Sonia le encanta destrozar corazones.-Si, esa pelirroja tiene algo que te rompe en dos.
-En efecto, se llama espada.