miércoles, octubre 11, 2006

Nereida

Escucho el rumor del agua, su furia implacable mientras se estrella contra las rocas a ambos lados del estrecho. Siento a mi alrededor las corrientes jugueteando con mis cabellos trenzados de algas y coral. Y aguardo un cambio de luz que marque la llegada de una nave, un nuevo grupo de marinos para divertirme y enloquecerlos al ritmo de mi canto ancestral.