martes, abril 17, 2007

Descongélate

Te has vuelto fría en tu mirar, como detenida en el tiempo, congelados tus sentimientos hacia mí. Toda tú un témpano de frialdad que me hiela con su indiferencia, día tras día. Te observo impotente mientras mantienes esa sonrisa artificial que se contradice con el glaciar de tu mirada. Y, por más que paso ante tí, no me miras; pareces decidida a no registrar jamás mi presencia, mientras exhibes tu belleza que encandila los ojos de todos, siempre tan hermosa y perfectamente arrreglada, siempre bajo los reflectores. Y aquí sigo yo, sentado en este banco de acero, esperando que algún día decidas dejar tu pose de maniquí y salgas de ese aparador, para dedicarme una mirada.