domingo, diciembre 16, 2007

La voz

Y digo que no, una vez más te lo repito. Una simple fiebre no me arrancará de tu lado, ni el bisturí del médico ni los más refinados medicamentos. Olvídalo, cariño. Estamos fundidos para siempre; así como una vez fuiste el cáncer que se había asentado en mi cuerpo, ahora soy yo la voz que para siempre resonará en tu cabeza.