jueves, mayo 15, 2008

Gremlins

¡Maldita sea! ¿Cuántas horas faltan para que amanezca? ¿Cuántas para que esas infernales criaturas dejen de saltar incontroladamente por todos lados y terminen su destructivo paso? Lo peor es saber que me lo tengo bien merecido por no hacer caso a las indicaciones y darles de comer pasada la medianoche. pero ¿cómo resistirse a esos ojos tan dulces de cachorro indefenso? Y ahora no hay dios que los detenga. La de pasta que me va a costar arreglar todo esto. Pero eso si, tengo bien aprendida mi lección. Mañana temprano se van a la guardería aunque no hayan pegado ojo en toda la noche y nunca, nunca jamás, les vuelvo a dar refresco de cola pasadas las 4 de la tarde. ¡He dicho!